Yo, Regie

Escritora brasileña viviendo en Uruguay 🌎 Autora de “AmoreZ” 💛 https://www.regianefolter.com/

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Nunca pensé que tomaría Misoprostol

Regiane Folter
Yo, Regie
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6 min readFeb 14, 2025
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Você pode ler esse texto em português aqui.

1.
Vivo en Uruguay, donde la interrupción voluntaria del embarazo es legal desde 2012. Siempre supe que abortar era un camino que yo podría seguir, si lo desease y cumpliese con los requisitos. Soy grata por vivir en un país donde tengo ese derecho, pero la idea de un aborto nunca fue más que eso, una idea. Algo lejano, intangible. Eso porque nunca viví una situación en la que consideré esa opción, nunca tuve que pensar en eso. Hasta el día 7 de enero de 2025.

2.
Descubrimos el embarazo en noviembre del año pasado. Estábamos emocionados, asustados, sorpresos, felices. Más que todo, felices. Fue un embarazo deseado. Esperamos algunas semanas y luego compartimos la noticia con algunas personas próximas. Decidimos que solamente íbamos a anunciar la novedad para todos nuestros vínculos después de los famosos 3 meses.

Pero no llegamos.

A una semana de completar las 12 de embarazo, en una ecografía de control, la médica nos explicó con todo el tacto que lo que estábamos creando ya no estaba. El embrión dejó de crecer, el corazón dejó de latir. El embarazo no iba a continuar.

3.
Mi cuerpo, sin embargo, aún no había asimilado la noticia. El embrión ya no era viable, pero no tuve ningún sangrado. Mi cuerpo, la casa que yo esperaba ser para aquel inicio de personita, no quería dejarla ir. Entonces era preciso intervenir.

El médico que vi en el mismo día de la ecografía nos explicó el procedimiento. Cuatro pastillas de Misoprostol que podríamos llegar a repetir si el sangrado no viniera.

La dificultad empezó ya con el propio acto de medicarme, ya que las pastillas no pueden ser tragadas simplemente. Es necesario disolverlas en la boca. Tardé casi una hora hasta que los benditos comprimidos finalmente se deshicieran. Ni bien el restito de la ultima pastilla desapareció en mi saliva, empecé a sentir punzadas en el vientre. Y frío, mucho frío. Temblaba y esperaba.

El dolor llegó poco después.

4.
Sudor helado, sábanas pegajosas y sangre, mucha sangre. El dolor venía en olas, se acercaba despacio e iba creciendo dentro de mí, hasta llegar al punto más alto, la laceración más intensa. Nunca sentí un dolor así. Pensé por momentos que no iba a aguantar, que terminaría desmayándome. Pero bien ahí, cuando toda la esperanza se esfumaba, el dolor cedía. Por algunos segundos sentía mi cuerpo flotar en la sensación de alivio. Hasta empezar todo otra vez.

No pude dejar de asociar ese proceso con las famosas contracciones del parto. Dolor profundo, luego descanso, luego dolor de nuevo, en un ciclo largo e intenso. En mi caso, sin final feliz.

Parí un proyecto que deseaba de la forma que menos deseaba.

5.
Ser madre nunca fue un sueño de toda la vida o algo que siempre quise. Nunca pensé mucho sobre eso hasta conocer y enamorarme del hombre con quien divido la vida hace casi 10 años. Decidí que quería ser mamá porque es con él, porque somos nosotros. Porque de repente surgió la curiosidad de como sería crear algo hecho por los dos, una mezcla nuestra. Tendría sus ojos y mis rulos? Le gustaría leer o jugar al fútbol? Hablaría portuñol en este mix que siempre fue nuestras vidas de brasilera y argentino viviendo en Uruguay?

Cómo sería la aventura de educar a un niño o niña en ese mundo tan desolado, pero tan necesitado de personas que quieran hacer la diferencia?

Cuando empezamos a buscar el embarazo, las cosas pasaron muy rápido. Dejé el anticonceptivo que me acompañó por todos esos años y dos meses después estaba embarazada. Me sentí tan especial, tan afortunada…

Hoy pienso, por qué rayos el universo nos hizo este regalo solamente para sacarlo de nuetras manos aún más rápidamente?

6.
En poquísimo tiempo incorporé la identidad “mamá”. Tal vez porque descubrimos el embarazo al final del año, entonces todas nuestras resoluciones de 2025 fueron alrededor de eso. Tantos planes, tantas ideas. Cómo decorar el cuarto, qué nombre elegir, qué tendríamos que aprender, qué nos gustaría hacer…

De la nada, todo cambió, todas esas apuestas se volvieron vacías. Ya no sé bien qué esperar de 2025. Empezamos el año con tanta esperanza, ahora sentimos lo opuesto.

Quién voy a ser, ahora que ya no me siento más la misma persona? Ahora que no puedo volver a ser quién era antes de todo eso, porque esa experiencia me transformó, cuerpo y alma?

Pero madre tampoco voy a ser, al menos no por ahora. Siento que necesito volver a (re)conocerme.

7.
Cuando la médica que hizo la ecografía nos dió la terrible noticia, no lloré. Escuchamos, preguntamos y salimos de allá lo más rápido posible. En el auto, abrazados, liberamos nuestras lagrimas. La primera cosa que dije a mi marido fue disculpas. Él me abrazó aún más fuerte y me djo que no tenía que pedir disculpas, que no hice nada, que no hicimos nada mal. Que eso es algo que pasa.

Y luego escuché esa frase de nuevo y de nuevo, de los médicos, de las personas queridas. “Eso pasa”. Pero parecía tan desconectado de nuestra realidad. Por qué pasaría con nosotros?

Esperar los 3 meses para contar la noticia al mundo era una formalidad. Nunca pensamos que una tragedia realmente pudiera ocurrir. Esas cosas no pasan con nosotros, pasan con los demás.

No podría pasar conmigo. Y si pasó, algo hice. O algo dejé de hacer. De alguna forma, aquello que estaba gestando adentro mío no quiso quedarse. Capaz mi cuerpo no fue el hogar que tendría que ser? Dónde está el defecto?

Algunas horas después, en una charla con una amiga, le dije que me sentía un fracaso. Y ella me contestó que no podría estar más lejos de eso. “Se necesita coraje y valentía para enfrentar estas cosas”.

Y las enfrenté. Llorando por el dolor de adentro, llorando por el dolor de afuera. Pero enfrenté. Mientras pasaba aquella noche terrible con los efectos del Misantropol, sentí la fortaleza de este cuerpo mío que nunca me abandonó. Y también me di cuenta que mi cuerpo hizo todo bien. Construí un hogar tan bien, pero tan bien, que nunca dejé nuestro bebito salir, mismo cuando ya había dejado de estar. Tuve que forzar mi cuerpo a expulsar todo lo que ya no iba a usar, tan grande era mi fuerza y determinación en mantenerlo conmigo.

8.
Hoy hace 1 mes y 7 días desde que descubrí que mi embarazo fue interrumpido. Nadie sabe exactamente porque esas cosas pasan, pero pasan. Como no hablamos mucho sobre eso, cuando ocurre con nosotras, es muy difícil encontrar sentido.

Escribí ese texto para intentar poner orden en todo lo que sentía y también porque me gustaría que más personas que pasaron o están pasando por esa situación sepan que no estan solas.

Te extiendo la mano, hermana. No sé como salir de aquí, pero al menos podemos buscar la salida juntas.

Enero fue sobre:

🙏 Paciencia pra lidiar con el duelo, los dolores, los tiempos del cuerpo (que no son como los tiempos de la mente…)

📚 Definir nueva meta anual de lectura en GoodReeds y empezar con el pie derecho: en enero leí pila!

🎸 Obsesionarme con el nuevo disco de Mumford & Sons (que aún no salió y sólo tiene una canción liberada — pero que buena canción!)

🏆 Mirar todos los videos que pude de la totalmente nominada y premiada Fernanda Torres. Vamo arriba mujer, seguí con todo!

Este texto es una traducción de mi newsletter “Histórias que abraçam”.

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