Ya te cuidaste hoy?
Escribiendo y leyendo sobre rutina, autocuidado y cositas que me traje de Austin 🛀
El mes pasado esta news llegó desde los Estados Unidos, pero ahora les escribo de vuelta a casa, aquí en Montevideo. Viví casi un mes en otro país y fue muy bueno. Para mi carrera, para mí misma, en todos los sentidos, fue un período de aprendizaje y de ampliar perspectivas. Pero también estoy feliz de estar de vuelta. Echaba de menos el verano, la rambla y el mar, los amores que hay aquí… Irse es bueno, volver también. En verdad, la ida y la vuelta son inevitables, así que mejor disfrutar de cada momento como se pueda, no?
Una de las cosas más interesantes que reforcé en este viaje a Estados Unidos es la variedad de productos que tienen allí. Y cuando digo productos, me refiero a todo tipo de productos! Desde tipos de gaseosa hasta tipos de autos, la cantidad de opciones es inmensa. Hasta porque, en el país rey del capitalismo y el consumismo, ni me puedo sorprender. En las tres veces que he estado allí siempre he encontrado cosas nuevas que ver (y comprar).
En este último viaje, una de las marcas que se ganó mi corazón y varios de mis dólares fue la tienda Lush, que en realidad es una franquicia proveniente de Inglaterra, pero que tiene sucursales en Estados Unidos (al menos en Austin). Primero quedé encantada con la deco cool de la tienda y una vendedora muy simpática que me contaba cómo todos los productos Lush son veganos, orgánicos y naturales. Cada ingrediente viene de un lugar super good vibes, sin explotación de la naturaleza ni de la mano de obra, y el resultado son cremas, champús, maquillaje, jabones y muchas otras cositas cruelty free en muchos niveles.
He estado dos veces en Lush en Austin y las dos veces he comprado boludeces para mi piel y mi pelo. Una cremita a base de rosas para usar en la cara antes de acostarme, otra a base de manteca de cacao para cuidar mis rizos, etc.
Nunca he sido una persona muy vanidosa. Nunca he sido muy fan del maquillaje y cuando tengo que hacerme una make normalmente uso tres cosas y estoy lista en cinco minutos. Soy perezosa para estas cosas. Tardé en ponerme en día con el skin care y hasta hoy hago lo mínimo. Pero últimamente paso unos minutos más en el baño después de ducharme o antes de empezar el día cuidándome. Un poco de crema por aquí, un poco de perfume por allá, detalles que me relajan o me hacen sentir más bonita.
Puede que utilice un producto innovador de Lush o el Nivea de toda la vida que conozco desde niña, pero la sensación de que estoy dedicando un tiempo precioso sólo para mí es la misma y es el más importante de estos momentos. Me masajeo, me miro en el espejo, me aprecio. Me toco, conozco mis texturas, valoro mi cuerpo. Me cuido. Una excusa para estar bien conmigo misma y practicar ese autocuidado tan necesario.
No quiero hacer apología del consumismo ni obligarte a comprar cosas de Lush (y la publi pa cuando, dueña Lush?), pero sí quiero recomendarte y mucho que reserves un momento del día para “namorarte”. Puede ser cuidandote la piel, desenredándote el pelo o con el ritual que prefieras. Lo importante es crear una rutina y poner ese espacio de autocuidado en la agenda. Mimarte, sentirte bien, cuidar de tu casa más importante. Puedo garantizar que tanto tu caparazón como tu esencia saldrán de esos minutos más ligeros. Listos para los retos, con ese brillo que sólo el amor propio puede darnos.